El jueves 27 de mayo de 1943 se inaugura la subestación Saltos del Duero en el kilometro 5 de la Carretera de Extremadura.
Habían pasado casi ocho años desde que el Gobierno de la II República diera las autorizaciones convenientes para que, en este lugar, donde en su tiempo hubo un cuartel de la Guardia Civil, se instalara una central eléctrica. El mismo gobierno autorizó el paso de los tendidos eléctricos por la Casa de Campo. Este proyecto quedó inconcluso hasta que una vez terminada la Guerra Civil fue retomado.
No era un sitio cualquiera el elegido, se trataba del lugar exacto donde estuvieron las célebres Ventas de Alcorcón desde el siglo XV y fue por eso que a la Subestación se la denominó con este nombre que a muchos no les decía nada Subestación Ventas de Alcorcón.
Hoy algún ignorante ha cambiado su nombre por Ventas del Batán, ventas que nunca existieron, sino en la imaginación de algún despistado funcionario. Es una pena que se pierda este topónimo que nos evoca tiempos pasados cuando aquí había un fielato o portazgo donde se pagaban impuestos por pasar mercancías. Era el lugar idóneo donde la carretera se estrechaba en forma de embudo. Los que entraban a Madrid y mientras esperaban turno para cruzar el fielato tomaban un tente en pie en estos garitos que tenían incluso alojamiento. Aquí estuvo alojado el guarda de la Puerta de la Ventas de entrada a la Casa de Campo hasta que se le construyó vivienda.
Ya no queda nada de aquellas instalaciones solo esperar que al menos sirva para algo su soterramiento y que hagan lo mismo con los tendidos eléctricos que cruzan ilegalmente la Casa de Campo y otros lugares.
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