Antes de la inauguración de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en la Carretera de Extremadura, la iglesia o parroquia más cercana a este lugar era la Iglesia de Santa Cristina.

Santa Cristina
Ya esta Iglesia surgió en el lado marginal del río Manzanares. Época en que la zona se llenaban de ropa tendida y los niños que se bañaban semidesnudos en sus aguas.
Por aquel entonces en los ojos secos del Puente Segovia vivían familias, sin otra protección que una madera y alguna lona y en el Paseo de la Virgen del Puerto frente a la Ermita, aprovechando el desnivel, había cuevas habitadas por las lavanderas y su prole.
Época de escases, en que la beneficencia era una exclusividad de la iglesia y las obras de caridad potestad de la realeza. Una daba los posibles al clero para que este lo administrase.

A finales del siglo XIX existía un clamor popular por el abandono a que estaban sometidos los hijos de la lavanderas, que trabajaban de sol a sol y no podían hacerse cargo de sus hijos. Estos pululaban por las márgenes del río o sus alrededores, donde pasaban las horas sin hacer nada provechoso. Privados de educación, comida e higiene, su futuro muchas veces estaba ligado a la delincuencia y al beneficio de explotadores sin escrúpulos.

En este ambiente el arquitecto Repulles y Vargas diseña una iglesia para encajar en la tapia de la Casa de Campo junto a la Puerta del Ángel.
Lo hace en estilo neo mudéjar, utilizando ladrillo rojo y blanco, con una torre del campanario de 31 metros de altura, que la convierte en un símbolo para el naciente barrio de la Puerta del Ángel.

En seguida se ve que el proyecto supera las pretensiones originales de una simple capilla. Para conseguir fondos la reina María Cristina se involucra personalmente con la cuestación de la obra, y completa con dinero propio las 300.000 pesetas que costaría la obra. Por el interés que la Reina tuvo en su construcción la capilla llevará en honor suyo el nombre de Santa Cristina.

Su edificación comienza el 24 de junio de 1904. El arquitecto Enrique María Repulles y Vargas no sólo realiza el proyecto, sino que dirige la edificación de la iglesia. Según consta lo hizo desinteresadamente, actitud habitual como veremos más adelante con otras iglesias y otros arquitectos.

Su inauguración por parte de la reina María Cristina se produce el 18 de abril de 1906. Unos años más tarde, como homenaje, se le puso al arquitecto el nombre a una calle en el paseo Extremadura, la calle Repulles y Vargas.

Hasta la construcción de otros templo en el paseo de Extremadura los vecinos del barrio del Lucero y algunos del Alto de Extremadura celebraban su boda, bautizo o comunión, en la iglesia de Santa Cristina.

