
Conocida oficialmente como la Casilla Divisoria de Cuarteles ya que servía de división y vigilancia de los cuarteles de Rodajos y la Torrecilla, por eso al sitio se le conocía también como la División de Cuarteles.
Situada cercana a la tapia sur entre las Puertas del Término ( o del Dante) y la de la Venta en el antiguo Camino de El Batán y del Renegado.
Su construcción se debe a la nueva configuración de cuarteles que se hizo en la Casa de Campo y sobre todo a la época de José I obsesionado con la seguridad y vigilancia de la Casa de Campo.
A pesar de su antigüedad, al estar en una zona poco concurrida y alejada de puertas, era una casa olvidada en documentos y planos. La primera cita que tenemos de ella es del 29 de enero de 1834 se la cita como Casilla de la División de Cuarteles en el: “inventario de las habitaciones de la Real Casa de Campo… Archivo General de Palacio.
Y en los planos no aparece hasta el mapa “Real Casa de Campo” de la Dirección General de Operaciones Geográficas del año 1860, nombrada como Casa Divisoria de Cuarteles.
Sin embargo, el hecho de que fuera habitada por la familia conocida como del “Renegado” dio pronto en cambiar su denominación.
Los renegados eran descendientes de los antiguos “Cautivos” que después de ser liberados por los Trinitarios Calzados por una cantidad, estos se veían obligados a devolverla a su regreso a España, aquí volvían a “renegar” ahora de la religión musulmana, pero sin dejar de ser “renegados” y debían de trabajar como esclavos hasta pagar su rescate. Con ciertas restricciones se podían mover por la zona, pero tenían ciertas prohibiciones.
De esas familias que trabajaron en las tierras que Fernando VI compró a la “Redención de Cautivos” procedía el Renegado, que se quedó trabajando en la Casa de Campo durante cuatro generaciones.
La casa fue, durante la Guerra Civil 1936-39, ocupada por las tropas sublevadas, aunque entonces ya no estaba habitada. La familia de los renegados había sido trasladada a la Casa del Guarda de la Puerta del Término cuando esta se abrió a principios de 1936. Como consecuencia de la Operación Garabitas la Casa de Renegado tomó resonancia nacional, aunque estaba en retaguardia se utilizó como referencia para esta operación.
Sus ruinas debido a la guerra, pero más al abandono y falta de interés por los restos históricos, se mantuvieron a la vista hasta principios de los años 1980.

Hoy un montículo señala dónde están sus cimientos.
Este montículo, según los restos arqueológicos, estuvo poblado muchos años antes de que perteneciera a la Casa de Campo. Con la repoblación de pinos que se hizo en los años 1954-56 se desvirtuó su localización y la vía del suburbano acabo con un enclave en cuyos alrededores se encuentran aún restos paleológicos de importancia.

Sabiendo el pasado de la familia que vivió en esta casa, me pregunto que pensarían hoy al tener a poca distancia una estación de metro y una serie de urbanizaciones donde estaban los Tejares.
LA CASA DEL RENEGADO
Conocí a María Luisa Llorente en el Centro Cultural El Greco, a razón de unos estudios que estaba realizando sobre el Colegio Divino Maestro.
Entonces me contó la historia de ese centro escolar llamado entonces Pedro Atienza en el que su padre trabajó como conserje.
De ahí pasamos a la historia del Renegado, su narración fue para mí el descubrimiento de una historia, que incluso pensé que se había inventado. Luego recurrí a los archivos y comprobé que uno por uno de los datos eran ciertos.
Durante las sesiones a las que la sometía ella iba ampliando esta historia a su manera. No sé que hubiera pasado si María Luisa Llorente no hubiera muerto antes de que terminara su relato.
¿Cuántos acontecimientos quedaron en el olvido para siempre?
Estos son los apuntes que me pasó y las sugerencias por si lo contaba alguna vez.
Si lo cuentas, di que te los procuró: María Luisa la hija del Llorente.