COLEGIO PÚBLICO BOLIVIA

hacía falta un colegio público

En la publicidad que la inmobiliaria El Batán hacía de sus pisos ya quedaba reflejada una zona entre los bloques de la calle Villamanín y los de Villavaliente como escolar. El día 10 de marzo de 1967 el Ministerio de Educación compra un terreno de 4.700 metros cuadrados en la zona llamada “Nuevo Batán” para la construcción de un centro escolar y paga por el solar 1.407.993,64 pesetas a la empresa “Inmobiliaria El Batán S.A.”

El día 16 de agosto de 1967 salen a subasta las obras de Centro Escolar Nuevo Batán y el 18 de agosto de 1967 se acepta la subasta por un importe 5.152.870,73 pesetas. Adjudicándosele las obras a la empresa “Construcciones y Estudios Toisón S.A.” que antes de completar las obras en enero de 1969, exige una partida adicionar de 836.556,01 pesetas para rematar las obras, sobre todo las cocinas.

En la mañana del 19 de noviembre de 1968 y sin haberse terminado totalmente las obras del colegio el entonces ministro de Educación y Ciencia José Luis Villar Palasi acompañado por el Director General de Enseñanza Primaria Eugenio López López, el delegado municipal de Educación Antonio Aparisi Mocholi y otras personalidades políticas y religiosas inauguran el Colegio Nacional Bolivia.

Al final el colegio empieza sus clases oficialmente en septiembre de 1969 con el nombre de Colegio Nacional “Bolivia” con domicilio en la calle Villavaliente 29 y desde sus inicios es un colegio mixto, pero con aulas de niños y de niñas y entrada al colegio separadas. No fue hasta el año 1984 cuando se obligó a todos los colegios a que en sus aulas hubiera niños y niñas. Su primer director fue José Pascual Sánchez. El colegio recoge niños que hasta ese momento estudiaban en colegios privados de la zona o la Escuela Nacional Unitaria de Niños nº 15 que estaba en el Paseo de Extremadura 277. En enero 1973, y una vez superados los problemas económicos, comienza el comedor con 166 niños, al principio las mesas del comedor se subían y bajaban de las clases de los niños. La inscripción para asistir a sus clases es masiva, llegando a tener 40 alumnos por clase, cosa habitual en esa época. Está claro que hacía falta un colegio público en la zona que no había cubierto ni el colegio Lourdes ni San Buenaventura.

El éxito del colegio es tal que el año 1974 se solicita la ampliación del colegio con una nueva ala, ya que el curso 1973 las 18 aulas con las que cuenta el centro tienen a 557 alumnos. Las obras del nuevo edificio empiezan en 1975, después de muchas vicisitudes se terminan en 1980.