La Huerta de San Miguel de Luche

Plano de 1820
Convento de la Magdalena de la calle Atocha desaparecido

La Huerta de San Miguel de Luche no era otra cosa que la huerta de lo que fue una congragación religiosa de la Orden de Ermitaños de San Agustín, orden mendigante, ligada al desaparecido Convento de la Magdalena de la calle Atocha.

Tras la valla que delimitaba la propiedad estaba el convento y la capilla con la imagen del santo. Huerta y convento que ocupó la orden religiosa hasta unas desamortizaciones en el siglo XVIII, la denominada desamortización de Godoy que en realidad fue promovida por Mariano Luis de Urquijo.

Los terrenos desamortizados por el gobierno de Carlos IV fueron en su mayoría de la Iglesia, principalmente aquellos que habían caído en desuso, y se pretendía que se hicieran con ellos los pequeños labradores, para sacarle provecho. Pero se hizo de tal modo la división y los lotes, que sólo las grandes fortunas podían pujar por las tierras, sin ninguna posibilidad para los pequeños propietarios. No importó a estas grandes fortunas que la Iglesia excomulgara tanto a los expropiadores como a los compradores de las tierras, estos se valieron de intermediarios o testaferros por si acaso.

Cuando esta heredad de San Miguel de Luche y tierras aledañas sale a la venta, alguien ya ha pactado la subasta con el propósito de quedarse con ella. No es uno de los terratenientes habituales, se trata de Ramón Dávila presbítero del convento de la Magdalena, que se hace con ellos, a su muerte hereda las tierras y otros bienes Tomás Herrera Dávila y Moral. En estos actos jurídicos no podía faltar Juan Manuel López Pando, secretario del Santo Tribunal de la Inquisición y Escribano numerario de Madrid, una autoridad semejante a un Notario. Que se vale de los Castañeda para quedarse con las tierras que más le convienen.

Los Castañeda eran una familia de comerciantes que se dedicaban a la importación de azúcar, café y ultramarinos en general, sobre todo de Cuba, pero su mayor negocio vino del chocolate, por lo que no eran sospechosos a la hora de comprar las nuevas tierras, ya que había que justificar su compra.

Así sale a la venta la huerta Quinta de San Miguel de Aluche en febrero de 1792:

“Quien quisiere comprar la huerta quinta de San Miguel de Aluches perteneciente a la testamentaría del ilustrísimo Señor Don Pedro Josef Valiente1 distante un cuarto de legua de esta Corte, con su cerca bien hecha de ladrillo por la parte de oriente, norte y poniente, y por la de medio día la defiende un arroyo plantado de bardaguera y otros arbustos, para su hermosura y utilidad, fortificado con varias presas para que no puedan perjudicar las aguas a las tierras; y se compone de una casa con cómodas habitaciones para personas de distinción y separadamente para criados y operarios de campo, una Capilla con facultad para decir Misa y adornada con todo lo necesario; hay granero, cuadra, pajar, corrales, molino para aceite, y dicha huerta incluye como 40 fanegas de tierra de las cuales se riegan 18 con agua de pie y las restantes con la que producen tres norias abundantes que tienen con sus respectivos estanques para la distribución de ellas, comprendiendo muchos árboles frutales de la mejor calidad, una porción considerable de moreras y otras de olivos, con un pequeño bosque de álamos negros y blancos con riego y un cañaveral, correspondiendo igualmente como 40 fanegas de tierra de pan llevar en las inmediaciones de dicha Quinta”.

De este modo Manuel López Fando desde la calle Hortaleza número 18 de Madrid donde vivía, se hizo con una de las más acrecentadas fortunas de la época.

Sería la finca preferida por los Pando Castañeda, en ella muere en noviembre de 1863 Manuel Pando Castañeda y la propiedad pasa a su viuda Josefa Cañedo y Mori y sus ocho hijos: Julia (madre de Rafael López Pando), Guadalupe, Manuel, Rosa, María, Luis, Juan y Fernando.

La Quinta de San Miguel de Luche con casi 59 hectáreas, ocupaba la margen izquierda del arroyo Luche hasta el Paseo de Extremadura, desde lo que es hoy el colegio Joaquín Dicenta hasta la Colonia del Brezo, con el número 9 de parcela. Muchos años después el estado embargaría parte de sus bienes por no haber hecho frente a los pagos de contribuciones e impuestos.

En la Huerta de San Miguel de Aluche muere el 10 de abril de 1888 la viuda de Manuel de Pando Castañeda y su cuerpo es llevado a la capilla del convento que aún estaba en pie. Los herederos vendieron la Huerta San Miguel de Aluche a un familiar, Fernando Luis Castañeda. Su último dueño conocido fue Luis Talavera Pardo, candidato oficial de la conjunción Socialista Republicana en 1909, fue en ese año elegido Concejal de Ayuntamiento de Madrid por el distrito de Hospicio. Aunque falleció en enero de 1931 la finca aún estaba a su nombre en 1936.

En 1936 la iglesia llevaba muchos años derruida y la Huerta de San Miguel de Luche, parcelada en huertas menores, que sobrevivieron hasta los años 1966-68. Con la guerra se perdieron las últimas huellas de lo que fue la Quinta de San Miguel de Luche, también conocida por Quinta de los Castañeda. El lugar exacto donde estuvo la Ermita se halla en las confluencias de las calles Huerta de Castañeda, Vicente Camarón, paseo de los Olivos y Pascual Rodríguez. Allí estuvieron las ruinas y piedras de granito de ese convento hasta los años 70 del siglo pasado, junto a la fuente pública, hoy desaparecida, y parte de la valla de la huerta frente a la peluquería de los Tres Hermanos (los Jarapos) de la calle Pascual Rodríguez. Las posesiones de los Pando y Castañeda prácticamente se habían vendido por los herederos antes de la guerra de 1936. Como la huerta de la calle Pascual Rodríguez, que ocupaba la parte derecha de la calle de su mismo nombre y en la que se encontraba la casa en la vivía Pascual Rodríguez, en el número 18 de la calle. Pascual Rodríguez estaba casado con una italiana de la que sólo sabemos que era conocida como la señora Megal –de ahí que a su vez la huerta fuera conocida por la Huerta de la Romana- Después de la muerte de Pascual Rodríguez, su mujer y uno de sus hijos Bartolomé, vivió en la casa que tenían dentro de la huerta hasta finales de los años 1960.