Aunque os resulte extraño El Batán no es un barrio, o si lo es no está reconocido como tal por el Ayuntamiento de Madrid.
¿Cómo es posible esto?
Si ahora os hacéis esta pregunta esperar a conocer su historia y os sorprenderá más todavía.
Pero vallamos por partes:
¿Qué es El Batán?
Al realizar este trabajo sobre El Batán tuve buen cuidado de no poner Barrio de El Batán, y tuve esa precaución porque en realidad El Batán no es un barrio, sino un lugar delimitado oficialmente por un decreto del Ministerio de la Gobernación del 10 de agosto de 1955 y firmado por el entonces Jefe del Estado Francisco Franco en San Sebastián.
El proyecto que recogía el decreto se elaboró en octubre de 1954.
Este decreto preceptivo para poder edificar en un lugar hasta entonces ocupado por tejares, areneros y alguna que otras casillas; muchas de ellas tascas o ventas donde se iba a beber y a divertirse la gente sin que el ruido fuera un problema.
A estos terrenos había que identificarlos con un nombre y se eligió El Batán por ser el nombre que iba a llevar la futura estación del suburbano ubicada en la Casa de Campo. También era el nombre asignado a los corrales donde se exhibían los toros que se iban a lidiar en las Plaza de Toros de las Ventas durante la Feria de San Isidro; la Venta de El Batán.
Interesa saber qué zona corresponde con el decreto de 1955.
Aunque en el decreto queda bien definido, muchos de los límites que allí se nombran ya han desaparecido o cambiado sustancialmente.

El decreto en el B.O.E.
DECRETO de 25 de noviembre de 1955 por el que se delimita el sector de El Batán.
Aprobado por la Comisión de Urbanismo el proyecto parcial de ordenación del sector de El Batán, su urbanización necesita de una disposición legal que tienda a suscitar la colaboración activa de los propietarios afectados y evite dilaciones entorpecedoras de la actuación de los Organismos oficiales llamados a realizarla.
En su virtud, a propuesta del ministro de la Gobernación. y previa deliberación del Consejo de Ministros,-
DISPONGO:
Artículo primero.
El sector de El Batán quedará delimitado en la forma siguiente:
Calle del Dante; tapia de la Casa de Campo desde esta calle hasta los terrenos propiedad del Hogar del Empleado; límite de estos terrenos hasta la carretera de Extremadura, y prolongación de dicho límite hasta el ferrocarril de Villa del Prado; ferrocarril de Villa del Prado hasta la calle de nueva apertura que enlaza con la carretera de Extremadura, frente a la gasolinera, bordeando un Grupo Escolar, y esta última calle hasta la carretera de Extremadura.


Situación
Antiguamente esta zona pertenecía a Carabanchel Bajo hasta que el Plan de Ordenación de Madrid de 1946, el conocido Plan Bidagor, por ser el arquitecto Pedro Bidagor Lasarte el que lo diseñó. En este Plan ya se recogía la integración en Madrid de los poblados satélites como Aravaca, Fuencarral, Chamartín, Hortaleza, Vallecas, Vicálvaro, Villaverde y Carabanchel. A partir pues del 29 de abril de 1948 nuestro lugar ya pertenece a Madrid.
El Batán, está situado al suroeste de Madrid en la zona más hermosa y alta que pueda haber para la contemplación de cualquier paisaje; tanto de la Sierra del Guadarrama como de ese Madrid histórico que se asoma a la terraza del Manzanares orgulloso e impresionante, parecido a un espejismo por encima de las construcciones modernas y los árboles centenarios de la ribera. En su primera mitad su terreno, una vez que se ha subido al Alto de Extremadura, es llano y tan sólo la calle Villamanín hace cuesta para subir al metro. En armonía el Paseo de Extremadura nos dibuja lo que es su trazado, su otra mitad se establece en una subida, aunque sin especial repercusión en el interior de nuestro lugar.
Pertenece El Batán al Distrito de la Latina que lo forman los grandes barrios de los Cármenes, Puerta del Ángel, Lucero, Aluche, Campamento, Cuatro Vientos y Las Águilas, y otros más pequeños integrados en los anteriores, pero no menos importantes, entre los que destacan; el de Caño Roto, Goya, El Batán y Sur-Batán. Entre todos ocupan una superficie de 2.542,97 hectáreas con casi trescientos mil habitantes. Limita La Latina con los distritos de: Carabanchel, Arganzuela, Centro y Moncloa-Aravaca.
Resumiendo: El Batán está en el Distrito de La Latina y se engloba dentro del Barrio del Lucero, que nace del antiguo Mayorazgo de Luzón, también Soto de Luzón o Sitio de Luzón. El lugar que ocupa el Barrio del Lucero actual es más reducido y diferente, que el ocupara el antiguo Mayorazgo, pero a esta zona en concreto se la nombra como Lucero con posterioridad, ya en el siglo XIX. Está claro que toponímicamente Luzón y Lucero tienen significados semejantes: “Lugar luminoso, incluso cuando hacen mención a: ventana por donde entra el sol”. No así cuando se nombra al Lucero del Alba o sea el Planeta Venus.
El Batán se encuentra a una altura sobre el nivel del mar, entre los 640 metros de altitud de la zona de la calle del Dante, a los 655 metros, los mismos que la Puerta del Sol, de la zona más alta, la de la estación de metro de Casa de Campo. Es normal que por su altura a esta zona se la nombrara desde antiguo como el Alto de las Ventas de Alcorcón, por estar en ellos las célebres Ventas de Alcorcón, o Alto de Extremadura, por ser esta la carretera que lleva hasta esa región y por cuyo desnivel, con más de 70 metros con el río Manzanares, hacía tan difícil la subida de los coches de caballos. De manera que siempre era obligatoria la parada y el descanso en las ventas, que abundaban en estos parajes hasta principios del siglo pasado.
Este enclave alto e idóneo para la salud y la belleza, que ahora ocupa El Batán, adosado al mejor parque de los que cuenta Madrid, como es la Casa de Campo, es un barrio humilde, desbaratado, abigarrado, asilado y olvidado, producto de los planes especuladores, revestidos de fines sociales de los años 1950-70. Y se debate entre la grandeza de su situación privilegiada y la precariedad de sus servicios e edificaciones.
Asfixiado y contaminado por un Paseo de Extremadura que representa el siempre contradictorio sentido del progreso, ese que, a veces sólo proporciona un bienestar pasajero, pero que rompe para siempre paisajes y lugares entrañables. Menos mal que por un raro prodigio, por un fenómeno poco común e inexplicable, se ha preservado al otro extremo un espacio, singular y extraordinario llamado la Casa de Campo. Ni tan siquiera el Retiro se privó de ser vendido, en parte, para recaudar dinero para las débiles arcas de Isabel II. Eso sí, para que la dicha nunca sea perfecta, la Casa de Campo está socavada por otro proyecto llamado suburbano que por transcurrir en superficie impide el paso libre a las personas y contamina con su traqueteo el silencio necesario para un parque de su categoría, declarado Bien de Interés Cultural como Sitio Histórico en 2010.
Un solo apunte, la Casa de Campo nos proporciona una idea aproximada de lo que eran estas tierras aledañas a Madrid en siglos pasados, antes de ser parceladas y cultivadas por sus propietarios.
El Batán no sería nada sin la Casa de Campo
En este momento tengo que hacer un reproche a la Casa de Campo, si Fernando VI no hubiera comprado estos terrenos, el camino de Alcorcón seguiría pasando por las márgenes del Arroyo de los Meaques, ya que desde antiguo los romanos dejaron allí una calzada que de Miacum subía hasta Segovia.
El Batán no existiría sin la Casa de Campo, a la que debe todo lo que es para bien y para mal. Sin embargo este camino que desviara Fernando VI, al convertirse en la Autovía de Extremadura en el año 1968; acabó con las aceras amplias, donde se podía pasear, cosa que en realidad es la función de un “paseo”, quitaron árboles y jardines que tan buen aspecto daban a la calle, y sobre todo condenaron a miles de familias a padecer el ruido y la contaminación de por vida, levantaron un muro insalvable, que nadie podía atravesar, construyendo, bajo ese asfalto, unos pasadizos de hormigón que a diario se ven obligados a soportar los que pretenden cruzar de un lado a otro, pasadizos abandonados a la suciedad, malolientes y peligrosos.

Pero animaros, vosotros que nos visitáis de otros lugares de Madrid, para llegar a El Batán, a lo mejor no necesitáis atravesar como topos, tales disparates. Hay otras formas de llegar, sin tener que sentir la vergüenza de traspasar sus pasadizos, quintaesencia de lo que la administración puede mantener arbitrariamente a sabiendas de que se vulnera la salud, la seguridad y la estética.
Pero no nos amarguemos como Hamlet por las ofensas que nos infringen los políticos y la justicia, y sigamos alegremente nuestro recorrido.

Usar el transporte público
Si queréis venir a El Batán lo podéis intentar de muchas formas, pues es un lugar muy bien comunicado, pero yo os aconsejaría, usar el transporte público y más cuando tenemos una de las estaciones de metro con mejor acceso de todas las de Madrid, la de El Batán, de la que ya hablaremos.
El autobús también es una buena idea, pues tenemos varias líneas: el 65 que viene de la Plaza de Jacinto Benavente y te deja en la estación de metro de El Batán o en la del metro de la Casa de Campo. Está también el autobús 39 y 36 que viene respectivamente de la Plaza de Isabel II y Atocha y tienen sus paradas en el Paseo de Extremadura dentro de El Batán. También está el autobús 33 desde Príncipe Pio, que se introduce en la Casa de Campo cerca de la puerta del Dante y pasa por el Parque de Atracciones y Zoo y os deja en la plazoleta del metro de la Casa de Campo. Y el último autobús es el 55 que une El Batán con Atocha pasando por el Camino de las Ventas y el metro de Casa de Campo.
Si de una forma u otra ya habéis llegado a este lugar privilegiado de El Batán, lo que se hace pronto, ya que dista de la Puerta del Sol 4,5 Km. Contemplaréis un lugar que está delimitado al sur, como os dije, por lo que fue el Arroyo Luche y partido por el Paseo de Extremadura (A-5) en una longitud de 1,8 Km. en el tramo comprendido entre la Residencia Montehermoso, Avenida de Portugal, y la gasolinera Paseo del Extremadura nº 300 y por la norte queda cerrado por la Casa de Campo.
Se me olvidaba deciros que El Batán tiene 11.508 habitantes en el último censo. No os hablaré de las edades de sus habitantes, porque no es de personas educadas decir los años de la gente. Tampoco de sus problemas económicos, porque en su mayoría son trabajadores jubilados y nos deprimirían sus carencias.
Y no me concedería yo el privilegio de hablar en su nombre para decir si son felices o no, pues son estas cuestiones muy personales y llenas de tópicos, tales como que los pobres son más felices que los ricos, o que los niños de la India sonríen más que los nuestros. En fin, que cada uno que se valore así mismo.
UN APUNTE
Tal vez no sea la persona adecuada para de un tema que escapa a mis conocimientos.
¿O tal vez sí?
De todas formas, me valgo de referencias solventes para tratar este tema catalogado de gramatical o simplemente de cultura general.
Se trata de la supresión oficial del artículo “la” al distrito de La Latina y no oficial a este lugar nuestro llamado El Batán.
Lo de la Latina sucedió a partir del 14 de junio de 1976 cuando se elimina el artículo “La”. En ese momento un gran historiador dijo.
“quiero pensar que, por descuido, que no por desconocimiento gramatical”
Y añadía que en breve se debería solucionar el problema.

Hoy a 50 años vista la cosa sigue igual, mostrando la indiferencia que las personas responsables tienen por la cultura, y digo las personas porque las administraciones son personas y no entes incorpóreas.
Al El Batán le sucede lo mismo, aunque aquí la administración tiene menos culpa y más otras entidades como Metro de Madrid, que ya quitó el artículo a El Lago, y que nunca llegó a ponérselo a El Batán.

Esta bien que las personas en el hablar o mal hablar pretendan reducir las palabras como en las obras de Arniches: que para decir la Calle de Alcalá decían: “La cal cala”.
¿Alguien diría? voy a “Pardo” o a “Escorial”.
Las personas podemos ahorrarnos las palabras al hablar, pero la gramática y los documentos escritos no.
No convirtamos un nombre especifico en un genérico.